miércoles, 19 de noviembre de 2014

Mi declaración de hoy

Merecer es un verbo que no me gusta, trato de no usarlo. A mi vida siempre llegan regalos y últimamente tengo este regalito que me pone contenta.
Ya sé que amo a mi esposo todavía, que unas veces Él aparece en mi cabeza. Pero pasa algo diferente con este hombre y es que tiene ese don de bálsamo y el picante de un buen follar y la dulzura de los buenos besos, la capacidad de ponerme aquí y ahora. No he querido aceptar que me gusta, no quiero pensar en relaciones, ni compromisos, ni agachar la cola ni... Me desgasto y me da un miedo infinito.

Pero sí pienso en las buenísimas folladas, en que me amarra y me hace todo lo que no he querido, en que me encanta no pensar en mandar, en que sabe un montón y aprendo todo los días y que es geek. Está cerquita y me hace arrodillar en un restaurante y decir que lo siento (claro, le va a costar cada palabra), pero lo hace muy atractivo para mí. Me la paso jugando y ya no me siento sola en mis aberraciones.

No me merezco nada, ni lo que me pasa, ni lo que me deja de pasar. Pero todo el tiempo me llegan regalos maravillosos, no billeteras con chistes pobres de billetes culísimos.

Es todo, por ahora.

lunes, 10 de noviembre de 2014

Lo peor que me ha dicho un hombre...

Leí http://blogs.elespectador.com/solterasdebotas/2014/11/09/lo-mas-absurdo-que-me-ha-dicho-un-hombre-es/#comment y me econtré que en mi vida me he quedado poco, sobre todo para no tener que oírlos decir "No eres tú, soy yo" o lo que sea.


La última vez que me dejaron fue por pendeja, otra vez dejé la mandíbula descubierta y la frase del sujeto fue:
Pues creo que ya fue muy claro. Usted tomo decisiones, yo tomé las mías. Yo la cagué en mostrarle algo de mi vida y confiar. Por eso de nuevo gracias y espero que encuentre lo que está buscando en esta nueva etapa de su vida, que no es compatible con la mía.

Después de una corrección ortográfica sutil, me concentré en la putería. Este ser, el que escribió esto, es un polvazo, en la cama es el equipo que me encantaba tener. Un día me llevó a un festival BDSM y sin dar explicaciones, cuando llegamos a mi casa, se fue.
Un tiempo después supe que "la decisión que yo tomé" fue una sumisa con la que andaba desde 1800. Una especie con la que nunca he competido y ni ganas me dan. Sumisa de nadie, ni siquiera de mi encoñe.

Me fue peor que a ti, querida Maria Paz, no me dijeron cebolla ni gordita, es más, ni siquiera tuve derecho a la verdad.

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