Las películas románticas son sólo eso, películas... La cagada está en querer a uno de esos idiotas que se gastas 17000us$ en un tiquete para ir a buscar a la princesa, el de la serenata, la declaración de amor en público, y tantas otras cosas que se convierten en anécdotas para contar en una despedida de soltera. Hoy creo más en lo que pasa adentro; hoy entendí que lo que me gusta de cierto chico es que no es güevón, es tranquilo y amoroso al mismo tiempo. Tal vez lo más importante es que no es manipulable, no cree mis mentiras, no se arrodilla, no se deja manejar y no es mi esclavo sexual. En mi vida he conocido muchos hombres y en algún momento todos han caído en alguno de estos pecados que, para mí, son mortales e imperdonables.
Hoy agradezco que cierto chico haya perdonado mi infidelidad con mucho amor y que yo pueda perdonarme a mí misma por equivocarme, por haber cambiado el amor por una venganza; hoy creo que el amor es maravilloso y que la culpa es un sentimiento que no aporta, que lo que hace en mí es volver a caer en eso que causa dolor, una y otra vez.
Los hombres deberían demandar a los creadores de las películas románticas porque gracias a ellos las mujeres estamos siempre decepcionadas, insatisfechas. Eso, Grecia y Disney, a ellos les debo mis infelicidades